1 de diciembre de 2008

En-torno y En-tropía

La instalación de Loreto estimuló algunas áreas de mi degradado cerebro evocándome imágenes, recuerdos, hipótesis pseucientíficas y diálogos: fue como descorchar una botella de buen vino y embriagarme un poco para vivir un poco más y alargar la lenta agonía de un día martes de primavera que finalmente moriría para dar paso al día miércoles que también morirá y se llevará consigo algo nuestro que es irrecuperable… De las múltiples lecturas – de las múltiples e infinitas combinaciones de lecturas que múltiplos de mí mismo pueden darle a la equívoca y ambigua obra de Loreto, que también se multiplica en un sinnúmero de posibilidades - creo que la idea de que la materia no se acaba sino sólo se transforma es una propuesta interesante de la obra, que a partir de desechos (palos) que se constituyen en piezas de arte expresan lo humano, pero esta idea muy popular en una época de la astrofísica ha sido reformulada y podría decir refutada por la postulación de la noción de entropía, en tanto la expresión matemática del segundo principio de la termodinámica, que ha dado para múltiples masturbaciones filosóficas sobre la finitud ya no del hombre – que es cuento viejo – sino de la propia materia, según la cual hay remanentes de energía que en el proceso de transformación se van perdiendo en el vacío de la no existencia y por lo tanto queda cada vez menos energía y menos materia; que, en otras palabras, vamos derechitos desde el ser al no-ser. Paradójicamente esta idea la permite otra lectura de la misma obra – es decir, la obra se refuta a sí misma y refuta las cándidas palabras que reflejan la intención de la artista que, como todo artista no entiende realmente el alcance de su propia obra; esta obra pone sobre la mesa la idea de la degradación, degeneración, difuminación, corrupción universal… la cruda desnudez que ciertamente llegará… La particularización, la fragmentación de la materia, el hecho que su divisibilidad no es infinita como cándidamente nos planteaba la paradoja de Zenón de Elea protagonizada por Aquiles y la tortuga… lo que tiende a la desunión, a la degradación, a la desorganización tiene como fin ineluctable la extinción… algunos pensadores que coquetean con el budismo piensan que este camino nos lleva al reino de lo indeterminado, de lo incondicionado, del Nirvana… He aquí otra interpretación de la obra, esta vez de corte psicoanalítico, a saber, que el instinto de la muerte que es una pulsión de desorganización, destrucción y degradación es superado, a través del principio del Nirvana, por Eros, la pulsión que tiende a la unión, a la integración, a la organización… “el Amor es más fuerte” como dijo el papa… Tanatos tiende a la destrucción del sujeto en pos de Un Sujeto Incondicionado, Indeterminado, lo no-nacido – pero tengo que volver a invocar la noción de entropía y decir que los fenómenos naturales son irreversibles, así pues por más que uno quiera volver al útero materno no se puede… sólo nos queda esperar a estar muertos que no es lo mismo que estar no-nacido. Eso, lo indeterminado sea lo que sea ya no puede ser llamado sujeto… es, a lo más, en la terminología hegeliana, el “Espíritu Objetivo”, o en la terminología heideggeriana, El Ser, El Habla… pero yo tiendo a pensar que no es nada o más bien es nada: La Nada… desde la perspectiva materialista la materia se está acabando y llegará a un punto en que desaparecerá. En cualquier caso eso no me quita el sueño, es más me está dando más sueño así que me voy a acostar y soñar con El Amor… con una explicación científica de las condiciones de posibilidad del amor, que científicamente el amor existe y nos librará de la cruda desnudez… o ¿quizás la cruda desnudez y el amor se identifiquen?
Ejemplo del principio de degradación de la energía desde la lógica de los créditos hipotecarios y el subsidio habitacional: al comprar un bien raíz con subsidio, el banco te presta sólo el 75% del valor de la propiedad lo cual genera un residual, una diferencia que tienes que pagar al contado, y resulta que no tienes fondos con el suficiente estatus ontológico para cubrir la deuda, en este caso invocar a dios como prestamista no tiene la menor cabida puesto que desde la primacía del paradigma materialista el dinero divino no es aceptado en la banca ontológica del mundo; el mentado sujeto no es más que parte del mobiliario ontológico del mundo y no tiene ningún poder para modificar esa ontología.
Ahora bien, desde una interpretación más política de la obra me parece loable la idea de que a través del arte se pueda rescatar al sujeto de la dinámica de la sociedad neo-liberal, consumista e individualista… es posible tal rescate, pero de lo que no podemos escapar es de la dinámica planteada por el paradigma materialista que acoge de mala gana la noción de entropía… no somos nada, ex nihilo nihil y, como dijo el ex – simio poeta Daddy Yankee “lo que pasó, pasó”… o, como dijo El Gurú “no importa coronta que el amor se pierda, no importa coronta de mierda” o, como decía mi abuelo “te fuiste mojón por el agua”. Me podría extender en una interpretación nietzschana de la obra… pero es mucho dar la lata, es bastante metafísica de última hora por ahora… he aquí mis cavilaciones entorno a En-torno… y digo que el entorno no es nada halagüeño… lo que no implica que no esté contento y sea feliz o busque la felicidad, es más, estas reflexiones me empujan a buscar con más ahínco la felicidad… A pesar del sueño me gustaría terminar este comentario con una cita de Houellebecq: “…el mayor mérito de Djerzinski no es haber sabido superar el concepto de libertad individual (porque ese concepto ya estaba en su época muy devaluado, y todo el mundo reconocía, al menos de manera tácita, que no podría servir de base a ningún progreso humano), sino haber sido capaz de restaurar, gracias a interpretaciones sin duda un poco aventuradas de los postulados de la mecánica cuántica, las condiciones de posibilidad del amor…

16 de noviembre de 2008

Del arte y la mundialización

¡Si! ¡Jeff Koons creó el escándalo al intervenir con sus obras el Palacio de Versalles! Insultó a Luis XIV, al santuario de la Aristocracia y al Gran arte clásico…

En un mundo dominado por dos paradigmas de la extrema contemporaneidad: la mundialización (o globalización) y la red (llámese red al conjunto de interconexiones sociales de toda índole), ¿Cuál es el rol del arte?

Este es uno de los cuestionamientos fundamentales de ALTER-ART. Pero finalmente este personaje del arte contemporáneo pertenece él mismo a la aristocracia actual (¿Aliado estratégico?). Si profundizamos en las luchas « anti-mundialistas », nos daremos cuenta de su rechazo a la homogeneidad del discurso, de esta manera son denunciadas: privatizaciones de servicios y de bienes públicos, mercantilización del ser vivo, cuestionamiento de algunos derechos sociales, liberalización del mercado, especulaciones banqueras, homogenización de la cultura, etc., etc., etc. El mismísimo Damien Hirst lo dijo hace poco: « Hasta cuándo la condición del artista tiene que considerarse como precaria o pobre. Ese es tiempo pasado… »

¡Al vender una obra de arte en millones de dólares, (al mismo tiempo capaz de interferir al buen funcionamiento de Sotheby’s o Christie’s gracias a la especulación del precio) podemos entusiasmarnos con la capacidad de estos artistas a la desestabilización del SISTEMA! Desde ahora, la categoría de anti-mundialista no sería operatoria para pensar el devenir del mundo inestable e inquietante.

Le quedaría entonces al economista, o al sociólogo, o al político, el imperativo de crear una categoría a la vez más compleja, más afinada y más fluida para devolverle un sentido a las luchas en curso. Sin embargo las posturas de Koons y de Hirst nos dejan un gusto a poco, sus obras finalmente se transforman en actores del sistema en su conjunto y la desestabilización que producen sólo será absorbida como escándalo de connotación showbiz.

El pasaje semántico de la "anti-mundialización" a la "alter-mundialización" puede desde ahora ofrecer una « alter »-nativa -parcialmente- convincente. Ya no se trataría solamente de resistir, pero de imaginar una « alter »-nativa bajo la forma de un "ciudadano-mundo".
¡Bella utopía!

Solo el avenir decidirá, y no jugaremos más al juego de profecías... Ni en las obras de Koons ni en las obras de Hirst encontramos dialécticas trascendentes que puedan provocar reflexión con respecto a la situación de la sociedad mundializada. ¿Qué piensan Koons e Hirst al respecto de la crisis financiera que se desencadenó en EE.UU. primero y ahora en Europa? ¡Seguramente que estos dos actores del capitalismo mundial y de la aristocracia contemporánea tendrán algo más que comunicar!
¡¡¡Los esperamos con ansiedad y lo celebraremos!!!

Pero pasar del "anti" al "alter", es también aceptar la madurez, eso quiere decir de pasar de la seducción de lo "negativo" a lo "constructivo", "del rechazo a la amalgama de proposiciones por falta de programa". No nos olvidemos que la « era » del capitalismo ultraliberal está llegando a su fin, y quién sabe si el mismo capitalismo como modelo de sociedad también llegara a su término.

Como lo sabemos, pertinentemente el programa de los "anti-mundialistas” no responde ni siquiera a la noción misma de programa ni a sus exigencias, si embargo pudieron convocar reivindicaciones comunes al término del Forum de Florencia en noviembre del 2002, entre las cuales: "Anulación de la deuda de los países pobres, oposición firme a la guerra en Irak, establecimiento de la tasa "Tobin" sobre las transacciones financieras, libertad de circulación, regularización de los sin papeles, protección del ecosistema, creación de un salario garantizado, resistencia a las políticas seculares, democracia participativa, promoción del desarrollo durable..."

Si los artistas « top ten » del « marché de l’art » (publicado cada año) adoptaran una verdadera postura « anticapitalista » o « alter » capitalista -, las alianzas hacia el mundo del arte « underground » podrían darnos un excelente proliferación de armas de destrucción capitalista. Ya que ahora tenemos artistas millonarios insertos en los círculos del poder económico multinacional, deberíamos propulsar la contribución de éstos a la destrucción del FMI o del BM y a todas aquellas siglas que esconde la mano del capitalismo y de la aristocracia mundial.

Por primera vez los artistas (¡Al menos unos cuantos!) tienen la oportunidad de precipitar la desestabilización del sistema mercantil de la ficción especulativa de lo intangible, aquel poder que destruye la revolución y la vida. ¡La crisis financiera, MUERTE DEL CAPITALISMO (primeros síntomas…), sin piedad con los fácticos, « cero confianza al crédito »! Unión mundial contra la mundialización especulativa, desestabilización del sistema rápida y espectacular, intervención de los medios de comunicación de Berlusconi, Sarko o el Mercurio.

6 de noviembre de 2008

En-Torno



El productor no es más que un simple emisor para el siguiente productor, y todo artista se mueve en lo sucesivo dentro de una red de formas contiguas que se encastran hasta el infinito. [1]


El progreso humano va en conjunto con el desarrollo de la industria y el surgimiento de técnicas en donde la mano de obra cada vez es menos necesaria. Lo mismo sucede con el arte, cuando los artistas comenzaron a utilizar la producción en serie imitando la mecanicidad de los procesos de producción industrial, alrededor de la primera mitad del siglo XX, en donde el término de la segunda guerra mundial deja a la humanidad con sus esperanzas puestas en la industrialización.


De esta manera, no sólo se estaba actuando en pos de una des-sacralización de la unicidad de la obra (eliminando la distinción entre en original y copia) al favorecer su serializaciòn, sino también se estaba aplicando un principio de despersonalización al eliminar la mano del artista y su posible carga afectiva de factura.


La (Esta) crisis del trabajo manual dentro la producción post industrial es la base del trabajo de Loreto Céspedes, a través de la operación con objetos artesanales y tradicionales, cuya producción pertenece a un mundo ya perdido al interior de una elaboración tecno-industrial. Como ella misma afirma:


Re-significar las practicas comunes

y el abatimiento de un material convencional

lo mas próximo a la trama de la belleza,

desde el virtuosismo a la contemplación;

es querer rescatar la memoria el origen.[2]


La relación entre Objeto Artesanal y Objeto Industrial, han coexistido en la necesidad de evocar un cotidiano que gira en entorno a diferentes conceptos comunes como la materialidad, el gesto, la construcción y el desplazamiento.


Traspasar la pretensión formal a que son sometidos estos objetos, forman parte de un escenario común, en el que inconscientemente estamos previstos como seres utilitarios. Y es el proceso que Loreto realiza con materiales aparentemente de deshechos, restos, productos de una tarea artesanal, que en sus manos dan origen a una nueva obra.


Esta labor comienza con un vistazo al mundo de los objetos tradicionales, en el acercamiento al mundo de la Tornería relacionada con la creación artesana de nuestra cultura local. De ahí, comienza la labor de recolectar, seleccionar y examinar los objetos y despojos, en cuya acción se manifiesta un redescubriendo estético de las piezas, a través del silencioso gesto de limpieza, pulcritud y renovación para su contemplación en el campo visual.


La selección de las piezas, se restringen a la pretensión analítica de esta muestra en-torno; pues en su condición de desecho arrumbado, la mixtura entre astillas, retazos, despuntes y picadillos, hacen perder la noción de “piezas” por el constante abatimiento del despojo al que es sometido el material, sumergido en el abatimiento basural, pero que finalmente en el rescate es diferenciado por su carácter figurativo.


Al retener una acumulación selectiva, se comienza a operar bajo diversas experimentaciones, para volver a observar y reeditar la selección con una total insistencia en el material.

Montada en la exposición a manera de una especie de ola que se avecina hacia el espectador acompañada acústicamente del sonido que hace referencia de su origen, las piezas parecen querer llamar la atención sobre la perdida de su marco referencial, su función y su uso.


La acción de recolectar, examinar y coleccionar objetos y desperdicios materiales, que realiza Loreto Céspedes, es fruto de la obsesión por concederles a los objetos seleccionados (inútiles en calidad de deterioro) un aura, una significación opuesta a su condición de encuentro.


Como señala Loreto Céspedes…las piezas de carácter material que derivan de los despuntes de fabricación torneada, se asocian a una nueva condición: la puesta en escena de un modelo constructivo, basado en el uso material y el trabajo con los significados. Esta, relata una base conceptual relacionada con los contenidos que forman un discurso artístico y el modo en que vamos asimilando la nueva relación del material, antes deslucido.[3]



[1]Post producción, La cultura como escenario: modos en que el arte reprograma al mundo contemporáneo, Cáp. II El uso de las formas, Adriana Hidalgo editora S.A. Buenos Aires, Argentina 2004, pp.45.

[2] Céspedes. Loreto. Tras-Puntes, Tesis para la obtención del grado académico de Licenciada en Bellas Artes. pp 20. Universidad ARCIS, Escuela de Bellas Artes. Chile 2007.

[3] Céspedes. Loreto. Tras-Puntes, Tesis para la obtención del grado académico de Licenciada en Bellas Artes, pp. 21. Universidad ARCIS, Escuela de Bellas Artes. Chile 2007.

8 de octubre de 2008


Desde el 04 de noviembre al 04 de Enero
En la sala2 de la corporación Alter-art-chile
Se presenta la instalación EN-TORNO de la artista visual
Loreto Céspedes


El día martes 04 de noviembre se inaugura a las 20:00 hrs. la instalación En-Torno, trabajo que pone en escena la crisis del trabajo manual dentro la producción post industrial. Con este trabajo a demás se inaugura el espacio SALA2 que se encuentra ubicada en Av. Irarrázaval # 659 Ñuñoa

Hemos querido inaugurar este espacio con la obra de esta joven artista visual, que reflexiona en su instalación con objetos artesanales y tradicionales, cuya producción pertenece a un mundo ya perdido al interior de una elaboración tecno-industrial.

A partir de este hecho, Loreto Céspedes intenta recuperar esa tradición perdida a través del reacondicionamiento y montaje de piezas de desecho de las tornerías santiaguinas, lugares a los que uno acude en busca de artículos para el hogar más amables y menos agresivos que los que se comercializan en grandes centros comerciales.

Montadas en la exposición, a manera de una especie de ola que se avecina al espectador, las piezas parecen querer llamar la atención sobre esa pérdida que sufrieron, y más que una protesta, apelan a las posibilidades creativas del hombre, pero que son reprimidas y entorpecidas por los medios que prometen la luz, tal como plantea Marx con la fragmentación del individuo. El sujeto práctico influenciado y prácticamente sometido al sistema de masas bloquea al sujeto privado, impidiendo que éste elabore su propio pensamiento.

Por eso esta obra semeja una tragedia, ya que admite la prisión en el capitalismo del arte y el artista, pero sin embargo lo libera a través de la obra expuesta.

28 de septiembre de 2008

De los medios y la modernidad.


Dentro de la sociedad, el sistema que la rige se ha arraigado de tal forma que lo podemos encontrar hasta en los medios de diversión más banales y simples, como el cine y la televisión. Es aquí donde el trabajador, agotado de entregar el fruto de su esfuerzo a la sociedad, busca un poco de descanso, relajo y diversión.

Pero lo que no sabe es que, mientras goza de esa "inocente" manera de esparcimiento, está siendo condicionado para orientarse sobre la unidad de producción, cumpliéndose de éste modo lo que Horkheimer y Adorno pregonan en la mayoría de sus textos: "...Es en éste círculo de manipulación donde la unidad del sistema se afianza cada vez más."

Es por eso que últimamente el ritmo de producción cinematográfica se ha visto incrementado de manera casi exhorbitante, llegando a alcanzar cifras inimaginables a principio de siglo, formándose categorías de acuerdo a la época en que se vive (como en los tiempos de guerras mundiales nacío el musical, una forma de diversión sin complejidades, falsa y con el sólo propósito de recrear) creándose films de acción trepidante, sin pausas, tal como lo es el sistema económico: un continuo fluir.

Así es como se lleva al trabajador/espectador a ver películas, el arte en movimiento, para que se condicione en él la aptitud de dinamismo que requiere el sistema, y que por lo visto, ha dados excelentes resultados si nos fijamos en el ritmo que la sociedad ha tomado estos últimos años.

Y de este modo, el trabajador/espectador se hace dependiente de tal espectáculo, al ver su propia realidad inmortalizada en el film, al ver su vida eternizada en la película, cumpliendo así el deseo de occidente, la vida eterna, la perpetuación.

Según los conceptos clásicos de libertad, ésta es, principalmente, la libertad de palabra y pensamiento, dejando a un lado la obvia esclavitud de cuerpo frente a la sociedad, que obliga al hombre a trabajar en beneficio de ella.

Pero si tomamos éste concepto en su forma clásica, tenemos que ahora, cuando el cine y la televisión estan totalmente arraigados en nuestras vidas, el hombre no es libre, debido a que éstos medios han robado la libertad de pensar y hablar al hombre, reemplazándolas por lo que la sociedad y el sistema quieren que el hombre hable y piense. En otras palabras, EROS, o libertad de ser del hombre, es cambiada por el LOGOS, o racionalidad del hombre, en favor del sistema, influyendo del mismo modo no sólo a la sociedad, sino que al arte, cambiando de manera drástica los cánones que la normaban al convertirse en un producto más, dejando a un lado su "leitmotiv" de la mera creación.

Ésta falta de libertad y creciente racionalización de la sociedad se ve claramente reflejada en las nuevas "nanas" o niñeras, las cuales no son otras que la propia televisión que ha reemplazado a las personas, creando una generación con éste medio totalmente integrado a su forma de vida, llegando a hacerse muy necesario, permitiendo, de esta manera, la falta de libre pensamiento y la inclusión con mayor fuerza del sistema.

8 de septiembre de 2008

The Verve

Me voy a poner algo más ligera en cuanto a temas y les hablaré de una de las cosas que le dan sabor a mi vida: La música.

Provengo de una familia de músicos, así que no es de extrañar que me guste o me apasione. Toda una rama de mi familia se dedica a ella, ya sea enseñándola o interpretándola. De hecho, mi tía formó un coro con todos mis primos, así que podría decirse que es algo que se pasa de generación en generación.

Pero bueno, no daré la lata con eso. Resulta que este año uno de los grupos musicales que más me gustan va a sacar (o más bien ya sacó) su disco más nuevo. Se trata de The Verve, que después de unos años de silencio y unas cuantas incursiones de su vocalista (Richard Ashcroft) como solista, decidieron unirse nuevamente y traer al mundo Forth, su última entrega.

Las canciones de este grupo están llenas de una individualidad exquisita, con la que me siento muy identificada. Hablan de amor, de miserias, amigos, momentos idos... pero sobre todo, de que el ser humano está solo a pesar de estar rodeado de gente. Es una enseñanza muy dura, que a todos nos cuesta aprender cuando enfrentamos la realidad, o que negamos, pero que siempre está latente. Esto no es malo, a pesar de que uno se desilucione o se sienta perdido... es bueno, ya que se madura y se enfrentan las cosas con otra mirada.

Forth no es la excepción. Tiene melodías poderosas, cargadas de influencias de sus primeros discos, un rock duro, casi en bruto, lleno de guitarras sicodélicas que tonos agudos y desgarradores, pero también armónicos. Son canciones largas, que pueden agotar a la primera oida, porque suenan muy monótonas, pero luego de fijarse en los detalles y variaciones encantan por ellos y por la voz de Ashcroft, que les da esa personalidad tan poderosa y desgarradora que son el sello de The Verve.

A pesar de ser representantes de un rock británico no tan expuesto ni popero como Oasis, no dejan de usar influencias pop y sintetizadores, cosa que les da mucha riqueza a las melodías, dotándolas de un ritmo contagioso en algunas o de un aire melancólico en otras.

Les dejaré un par de muestras del último disco, espero que les guste tanto como a mi. Si quieren que se los envíe, déjenme un comentario y se los subo ;)







22 de agosto de 2008

Tiempo Sagrado y Tiempo Profano III

Y por fin concluímos el texto sobre el carnaval, el tiempo profano y el tiempo sagrado. Espero que les haya gustado o al menos entretenido.
Pueden encontrar la primera parte ACÁ y la segunda ACÁ


El fin de la relación ritual entre el tiempo sagrado y el tiempo profano se encuentra en la base del barroco. Ese fin no significa que la relación se haya tornado irrelevante, sino que deja de acontecer y se transforma en texto[1] (símbolo, rememoración). La relación se hace cristiana, puesto el cristianismo es el primer movimiento religioso que está contra la transgresión (su historia es lineal, no circular como había sido hasta entonces), siendo ésta vital para el paso del tiempo profano al sagrado.

Sin alegría no hay fiesta, y sin risa no hay alegría. Para Bajtín, la risa posee un significado tan ambivalente como las imágenes carnavalescas, pues por medio de ella se degradaba (muerte), pero a la vez se revivía. El aspecto de burla de la risa fue el factor que influyó en la prohibición de ella en la Edad Media, hecho que se ve ejemplificado en la figura de Jorge de Burgos de “El Nombre de la Rosa”, monje oscuro y ciego que vedaba la risa y ocultaba uno de los textos de Aristóteles que trataban de ella. La risa, para los cristianos, pertenecía al demonio, deformaba el rostro, agitaba el cuerpo como si estuviera poseído y hacia surgir ruidos entrecortados, incoherentes y difusos de la garganta.

Sin embargo, la doble acción de la risa de reunir la negación (burla) y la afirmación (alegría) quedaba patente en los textos literarios y daba origen a la parodia, género literario especialmente famoso en la Edad Media. En la parodia el uno se diferencia del otro, deformándose y desfigurándose en diversas direcciones, como en la mayoría de las obras de Moliere que parodian a la sociedad o cuando la Reina María Antonieta se hacía pasar por campesina en Versalles. En la parodia el héroe muere (se niega) para renovarse (purificándose y rebasándose).

En la parodia literaria normal, en el sentido estricto actual del término, el lazo con la percepción carnavalesca del mundo ha desaparecido casi por completo. Pero en la época del renacimiento aún no se extinguía del todo: la parodia era ambivalente y consciente de su proximidad con la muerte-renovación. El renacimiento señala el punto culminante de la vida carnavalesca, ya que a partir del siglo XVII ésta retrocede: pierde casi por completo su carácter público. Se ve florecer una cultura de fiestas de corte y de bailes de máscaras, herederas de un cierto número de formas y símbolos carnavalescos, pero cuyo objetivo es sobre todo exterior, decorativo. Muchas formas antiguas pierden de este modo su arraigo popular y abandonan la plaza pública (escenario del carnaval) por esas mascaradas de salón, que existen todavía en nuestros tiempos.

Hasta la segunda mitad del siglo XVII los hombres participaban directamente del carnaval, o en otras palabras, éste era una forma de la misma existencia: la fuente de la carnavalización era el mismo carnaval. Pero luego, con el nacimiento de las cortes de nobles y su centralización en un palacio[2] deja de ser casi por completo una fuente inmediata de carnavalización[3], cede ese papel a la literatura propiamente carnavalizada: los elementos carnavalescos resultan cortados de su fuente directa, cambiando de aspecto y significación.

De este modo la carnavalización se convierte en una tradición puramente literaria, todo ello gracias a la utilización de los diálogos, que suponen una puesta al desnudo del pensamiento y de la verdad, que implica también una familiaridad entre los interlocutores y la supresión de toda distancia entre ellos. La función esencial del carnaval en la literatura era que ayudara a superar la barrera de los géneros, destruyendo todo repliegue sobre sí mismo y toda ignorancia del otro, colmando las distancias y aniquilando las oposiciones. Pero, ya durante los siglos XVIII y XIX la risa se ha acallado considerablemente, convirtiéndose en ironía y humor, llevando a otras formas de risa menor.

Durante el barroco el carnaval ya desaparecía en la estética. La carnavalización es una concepción estética barroca que no es aplicable al carnaval medieval, porque éste es un modo de vivir, se vivía, no era un espectáculo. En el mundo onírico, no se habla de mera apariencia, sino de un espectáculo lleno de sentido que ha de ser interpretado.

El hombre es consciente de la apariencia en el sentido en que la apariencia se presenta dándole al hombre la tarea de contemplar, interrogar e interpretar la bella apariencia. Lo mismo sucede en el barroco; el hombre ya no participa, sólo se dedica a observar el espectáculo desde lejos[4]. La obra barroca no pretende la aprehensión de algo esencial, menos la obtención o sublimación de un núcleo espiritual; con esto busca señalar que el ser representado no posee nunca un centro.

Una obra barroca, dice Hauser: "no es tanto una imagen de la realidad, cuanto más bien un conglomerado de aportaciones para esta imagen". Los medios formales de expresión en el barroco se independizan y trascienden los objetivos de la representación, trasmutan de función en fin, capturando al espectador no por el contenido, sino por la propia exhibición.

El hombre se relaciona con el arte barroco por medio de la materia y no por la idea. Lo que llega primero es lo material y por medio de ello juzgamos si es bueno o malo. La falta de funcionalidad de los elementos constructivos y la marcada tendencia a su escenificación por parte del Barroco, la encontramos en la constitución de los espacios a la manera de escenarios recargados. En el Barroco el carnaval se encierra en un escenario, convirtiéndose en espectáculo, en una obra teatral que se observa desde el palco. Así, el carnaval se convierte en pura carnavalización y el acontecimiento se disuelve en la representación.


[1]Tal como Hegel proclamaba la muerte del Arte a manos de la teorización, lo mismo pasa con el carnaval. Deviene pura estética y se hace algo contemplable en donde el espectador ya no tiene parte como actor.

[2] Como ejemplo, remítase a Luis XIII o Luis XIV de Francia Cabe señalar que la carnavalización durante la Edad Media se entendía como oposición a la cultura oficial, que imponía una serie de respetos y miedos. Para Belleau, seria un “fenómeno de textualización al que convendría tratarlo en las obras literarias no como representación sino como estructuración”. Javier Huerta Calvo, “Lo carnavalesco en la teoría literaria de Mijaíl Bajtín”, pág. 27

[4]Para Hauser, la “subjetivación de la visión artística del mundo, la transformación de la imagen táctil en imagen visual, del ser en parecer, la concepción del mundo como impresión y experiencia, la comprensión del aspecto subjetivo como lo primario, y la acentuación del carácter transitorio que lleva en sí toda impresión óptica, se completan ciertamente en el Barroco”. (Arnold Hauser, “Historia Social de la Literatura y el Arte”, tomo I, pág. 477)