1 de diciembre de 2008

En-torno y En-tropía

La instalación de Loreto estimuló algunas áreas de mi degradado cerebro evocándome imágenes, recuerdos, hipótesis pseucientíficas y diálogos: fue como descorchar una botella de buen vino y embriagarme un poco para vivir un poco más y alargar la lenta agonía de un día martes de primavera que finalmente moriría para dar paso al día miércoles que también morirá y se llevará consigo algo nuestro que es irrecuperable… De las múltiples lecturas – de las múltiples e infinitas combinaciones de lecturas que múltiplos de mí mismo pueden darle a la equívoca y ambigua obra de Loreto, que también se multiplica en un sinnúmero de posibilidades - creo que la idea de que la materia no se acaba sino sólo se transforma es una propuesta interesante de la obra, que a partir de desechos (palos) que se constituyen en piezas de arte expresan lo humano, pero esta idea muy popular en una época de la astrofísica ha sido reformulada y podría decir refutada por la postulación de la noción de entropía, en tanto la expresión matemática del segundo principio de la termodinámica, que ha dado para múltiples masturbaciones filosóficas sobre la finitud ya no del hombre – que es cuento viejo – sino de la propia materia, según la cual hay remanentes de energía que en el proceso de transformación se van perdiendo en el vacío de la no existencia y por lo tanto queda cada vez menos energía y menos materia; que, en otras palabras, vamos derechitos desde el ser al no-ser. Paradójicamente esta idea la permite otra lectura de la misma obra – es decir, la obra se refuta a sí misma y refuta las cándidas palabras que reflejan la intención de la artista que, como todo artista no entiende realmente el alcance de su propia obra; esta obra pone sobre la mesa la idea de la degradación, degeneración, difuminación, corrupción universal… la cruda desnudez que ciertamente llegará… La particularización, la fragmentación de la materia, el hecho que su divisibilidad no es infinita como cándidamente nos planteaba la paradoja de Zenón de Elea protagonizada por Aquiles y la tortuga… lo que tiende a la desunión, a la degradación, a la desorganización tiene como fin ineluctable la extinción… algunos pensadores que coquetean con el budismo piensan que este camino nos lleva al reino de lo indeterminado, de lo incondicionado, del Nirvana… He aquí otra interpretación de la obra, esta vez de corte psicoanalítico, a saber, que el instinto de la muerte que es una pulsión de desorganización, destrucción y degradación es superado, a través del principio del Nirvana, por Eros, la pulsión que tiende a la unión, a la integración, a la organización… “el Amor es más fuerte” como dijo el papa… Tanatos tiende a la destrucción del sujeto en pos de Un Sujeto Incondicionado, Indeterminado, lo no-nacido – pero tengo que volver a invocar la noción de entropía y decir que los fenómenos naturales son irreversibles, así pues por más que uno quiera volver al útero materno no se puede… sólo nos queda esperar a estar muertos que no es lo mismo que estar no-nacido. Eso, lo indeterminado sea lo que sea ya no puede ser llamado sujeto… es, a lo más, en la terminología hegeliana, el “Espíritu Objetivo”, o en la terminología heideggeriana, El Ser, El Habla… pero yo tiendo a pensar que no es nada o más bien es nada: La Nada… desde la perspectiva materialista la materia se está acabando y llegará a un punto en que desaparecerá. En cualquier caso eso no me quita el sueño, es más me está dando más sueño así que me voy a acostar y soñar con El Amor… con una explicación científica de las condiciones de posibilidad del amor, que científicamente el amor existe y nos librará de la cruda desnudez… o ¿quizás la cruda desnudez y el amor se identifiquen?
Ejemplo del principio de degradación de la energía desde la lógica de los créditos hipotecarios y el subsidio habitacional: al comprar un bien raíz con subsidio, el banco te presta sólo el 75% del valor de la propiedad lo cual genera un residual, una diferencia que tienes que pagar al contado, y resulta que no tienes fondos con el suficiente estatus ontológico para cubrir la deuda, en este caso invocar a dios como prestamista no tiene la menor cabida puesto que desde la primacía del paradigma materialista el dinero divino no es aceptado en la banca ontológica del mundo; el mentado sujeto no es más que parte del mobiliario ontológico del mundo y no tiene ningún poder para modificar esa ontología.
Ahora bien, desde una interpretación más política de la obra me parece loable la idea de que a través del arte se pueda rescatar al sujeto de la dinámica de la sociedad neo-liberal, consumista e individualista… es posible tal rescate, pero de lo que no podemos escapar es de la dinámica planteada por el paradigma materialista que acoge de mala gana la noción de entropía… no somos nada, ex nihilo nihil y, como dijo el ex – simio poeta Daddy Yankee “lo que pasó, pasó”… o, como dijo El Gurú “no importa coronta que el amor se pierda, no importa coronta de mierda” o, como decía mi abuelo “te fuiste mojón por el agua”. Me podría extender en una interpretación nietzschana de la obra… pero es mucho dar la lata, es bastante metafísica de última hora por ahora… he aquí mis cavilaciones entorno a En-torno… y digo que el entorno no es nada halagüeño… lo que no implica que no esté contento y sea feliz o busque la felicidad, es más, estas reflexiones me empujan a buscar con más ahínco la felicidad… A pesar del sueño me gustaría terminar este comentario con una cita de Houellebecq: “…el mayor mérito de Djerzinski no es haber sabido superar el concepto de libertad individual (porque ese concepto ya estaba en su época muy devaluado, y todo el mundo reconocía, al menos de manera tácita, que no podría servir de base a ningún progreso humano), sino haber sido capaz de restaurar, gracias a interpretaciones sin duda un poco aventuradas de los postulados de la mecánica cuántica, las condiciones de posibilidad del amor…

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