¿A qué se le llama arte contextual? ¡Ninguna mención en diccionarios o manuales de historia del arte! Nada que responda a un análisis teórico sobre el tema, salvo un discreto manifiesto del artista polonés Jan Swidzinski realizado en 1976, "El arte como arte contextual":
"El arte contextual llama a las enunciaciones ocasionales. Lo que significa que los enunciados ya no son descripciones del género de las cuales procedía el arte tradicional"
El arte nos tenía habituados a presentarse bajo la forma de cuadros, esculturas, e incluso objetos en la línea de los ready-made. Varios artistas desde el comienzo del siglo XX ya rechazaban en bloque estos formatos o vectores. El espectador estaba convidado a contemplar el arte en lugares identificados, emblemáticos del poder económico o simbólico, como la galería de arte o el museo.
Muchos artistas van a desertar estos perímetros sagrados de la mediación artística para presentar sus obras en calles, espacios públicos, en el campo, o en cualquier "medio" que escape a las estructuras institucionales. El arte, incluso en su momento moderno, estaba impregnado de idealismo, tomaba por visión la separación del espectador a las turbulencias terrestres. Varios artistas, dándole la espalda al arte por el arte o al principio de autonomía, llamarán entonces a la puesta en valor de la realidad bruta. Para aquellos, herederos del realismo histórico (Courbet), el arte debía estar ligado a las cosas de todos los días, producirse en el instante, estrechamente relacionado justamente con el "contexto".
Bajo el termino de arte « contextual » entenderemos el conjunto de formas de expresión artisticas que se diferencian de la obra de arte en el sentido tradicional: arte de intervencion y arte comprometido de caracter activista (happenings en espacios publicos), arte interviniendo el espacio urbano o el paisaje (performances callejeras, arte paisajista…), estéticas participativas o activas dentro del campo de la economía, de los medios de communicación o del espectáculo.
Estas tendencias surgidas por lo general al comienzo del siglo XX, durante el cual conocerán un desarrollo constante, y sus fórmulas artisticas nos sorprenderán. Tal artista, al igual que un objeto, se expondrá él mismo en una calle (Gerz, Arnatt…), otro hará rodar una bola de papel y discutirá con los transeúntes (Pistoletto); éste cortará en dos una casa en una lejana periferia urbana (Matta-Clark), realiza un observatorio (Boezen) o pide a través de la prensa al lector de un cotidiano de la tarde de mandarle su opinión sobre el mundo y su estado actual (Fred Forest); éste elije una función que se asimila en varios puntos al del mediador cultural (Filliou), o éste otro al de un emprendedor del sector économico (Latham)…Ninguno de ellos reproduce el esquema típico en el cual habitualmente nos representamos al artista, sin embargo todos se inscriben dentro de una creación auténtica.
La diferencia es profundamente ontológica ya que su concepción del arte y del rol del artista, se distanciará de la tradicional parcepción de su trabajo. En vez de trabajar del lado del simulacro o de la descripción figurativa, el artista le dará prioridad a la creación que involucre a la realidad (individual como colectiva).
El "contexto" según el diccionario se designa como:"el conjunto de circunstancias en las cuales se inseta un hecho"; Un arte denominado "contextual", opta de ésta forma por una puesta en relación directa entre la obra y la realidad, sin intermediarios. La obra es una inserción en la trama del mundo concreto y en confrontación con las condiciones materiales. En vez de mostrar o dar a leer signos que constituyen referencias o imágenes, el artista "contextual" elige la intervención en la realidad como un evento. La obra se realiza en "contexto real", de manera "paralela" a las otras formas de arte más tradicionales. El universo de predilección y de trabajo del artista es el universo en sí mismo, a la vez social, político y económico. Un universo, a priori, familiar, cercano e inmediato, donde la acción va a revelarse tan afirmativa y voluntarista (ocupar un terreno sin el aval de nadie) como prospectiva y experimental (intervenir la realidad, es también descubrirla, la obra de arte se adapta en consecuencia).
Sabiendo que la relación del artista "contextual" con la realidad puede ser polémica, se juegan con los signos publicos (afiches, perspectivas...), se confunden las cartas, se ponen en marcha posturas incoherentes hasta crear algunas veces un arte desfazado a efectos inesperados, que vienen a alterar la realidad.
En resumen, la posición del arte "contextual": pone a distancia representaciones (arte clásico), alteraciones (el arte de espíritu duchampiano), perspectiva autocrítica donde el arte se considera y se diseca él mismo, de manera tautológica (el arte conceptual). Su meta: hacer valer el potencial crítico y estético de prácticas artísticas más guiadas hacia la presentación que a la representación, prácticas propuestas intervencionistas aquí y ahora. Allí donde el realismo histórico, en el siglo XIX, no pudo alejarse de la habitual representación, el arte "contextual" que lo prolonga, trata por su parte de encarnarse. A través de él nacerán varias preguntas, todas relacionadas a las contingencias de la vida presente: ¿Qué es la realidad, ésta suma de circunstacias? ¿El artista puede estar enfrente de ella? Una estetización víable de la política, de la economía, de la ecología, de los medios de comunicación...¿Es posible? Tantas interrogaciones que atormentarán durante un buen tiempo aún, sin lugar a dudas, pero a las cuales este tipo de creación aporta respuestas diferentes a la del acercamiento artístico clásico.
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