28 de septiembre de 2008

De los medios y la modernidad.


Dentro de la sociedad, el sistema que la rige se ha arraigado de tal forma que lo podemos encontrar hasta en los medios de diversión más banales y simples, como el cine y la televisión. Es aquí donde el trabajador, agotado de entregar el fruto de su esfuerzo a la sociedad, busca un poco de descanso, relajo y diversión.

Pero lo que no sabe es que, mientras goza de esa "inocente" manera de esparcimiento, está siendo condicionado para orientarse sobre la unidad de producción, cumpliéndose de éste modo lo que Horkheimer y Adorno pregonan en la mayoría de sus textos: "...Es en éste círculo de manipulación donde la unidad del sistema se afianza cada vez más."

Es por eso que últimamente el ritmo de producción cinematográfica se ha visto incrementado de manera casi exhorbitante, llegando a alcanzar cifras inimaginables a principio de siglo, formándose categorías de acuerdo a la época en que se vive (como en los tiempos de guerras mundiales nacío el musical, una forma de diversión sin complejidades, falsa y con el sólo propósito de recrear) creándose films de acción trepidante, sin pausas, tal como lo es el sistema económico: un continuo fluir.

Así es como se lleva al trabajador/espectador a ver películas, el arte en movimiento, para que se condicione en él la aptitud de dinamismo que requiere el sistema, y que por lo visto, ha dados excelentes resultados si nos fijamos en el ritmo que la sociedad ha tomado estos últimos años.

Y de este modo, el trabajador/espectador se hace dependiente de tal espectáculo, al ver su propia realidad inmortalizada en el film, al ver su vida eternizada en la película, cumpliendo así el deseo de occidente, la vida eterna, la perpetuación.

Según los conceptos clásicos de libertad, ésta es, principalmente, la libertad de palabra y pensamiento, dejando a un lado la obvia esclavitud de cuerpo frente a la sociedad, que obliga al hombre a trabajar en beneficio de ella.

Pero si tomamos éste concepto en su forma clásica, tenemos que ahora, cuando el cine y la televisión estan totalmente arraigados en nuestras vidas, el hombre no es libre, debido a que éstos medios han robado la libertad de pensar y hablar al hombre, reemplazándolas por lo que la sociedad y el sistema quieren que el hombre hable y piense. En otras palabras, EROS, o libertad de ser del hombre, es cambiada por el LOGOS, o racionalidad del hombre, en favor del sistema, influyendo del mismo modo no sólo a la sociedad, sino que al arte, cambiando de manera drástica los cánones que la normaban al convertirse en un producto más, dejando a un lado su "leitmotiv" de la mera creación.

Ésta falta de libertad y creciente racionalización de la sociedad se ve claramente reflejada en las nuevas "nanas" o niñeras, las cuales no son otras que la propia televisión que ha reemplazado a las personas, creando una generación con éste medio totalmente integrado a su forma de vida, llegando a hacerse muy necesario, permitiendo, de esta manera, la falta de libre pensamiento y la inclusión con mayor fuerza del sistema.

1 comentario:

Rebeca Del Valle dijo...

PUES ME PARECE BIEN TU COMENTARIO, TAMBIEN LA SOCIEDAD Y LOS MEDIOPS HAN SIDO CRECIENDO CON BASE HA CAMBIADO EL MUNDO.. ES INTERESASNTE QUE SE INTERESES EN ESO QUE ES IMPORTANTE PARA TODOS. BECKY DEL VALLE